Año XXVII. No. 1280. 30 de enero de 2023. Derechos de propiedad intelectual de Hernán Saldarriaga A. y familia.
Puede reproducirse citando la fuente.
"Sé que mis palabras no se perderán" C.K.
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LA UNIDAD CUERPO Y ALMA… esta concepción estorba a muchos intereses de científicos deshumanizadosLa última obra de Miklos Luckas de Perenny, NEO-ENTES, nos ha permitido volver a repensar principios que ya en varias oportunidades hemos tenido el placer de tratar en nuestro Correo de la Ética.Uno de esos principios es el de la unidad cuerpo y alma sobre el cual se han pronunciado, unos a favor otros en contra, desde Aristóteles hasta René Descartes y otros pensadores, pasando por Agustín de Hipona y Tomás de Aquino. Para nosotros tampoco hay indivisibilidad en esa unidad creada así por un ente superior de tal modo que cuerpo y alma son una esencia material y espiritual integradas que mutuamente se influencian y solamente se separan cuando trascienden. Esta concepción del humano, estorba a los intereses de muchos de los actuales científicos porque en el momento en que ella se desconozca, la Inteligencia Artificial, la cuarta revolución y los demás movimientos del progresismo extremo hallarían espacio para justificar las actividades no éticas que vienen realizando ya en sus laboratorios, ya en su convencimiento a la humanidad de que el humano no es lo que es en su esencia, sino cómo se perciba. Sobre la forma de percibirse el propio humano se viene impulsando el cambio de la cultura humanista: "Yo soy lo que soy" por una cultura libertaria: "Yo soy lo que creo que soy", cultura que abre los diques a las modernas aberraciones a las que se está conduciendo la humanidad con ismos disfrazados con pieles de filantropía y de lucha por la igualdad y la libertad. También el animalismo extremo está buscando su lugar a partir del reconocimiento que hacemos de la aceptación de la unidad cuerpo y alma de los seres animales, lo que viene creando culturas como de la perrofilia, en la que se dan y se reconocen derechos humanos totales a estos animales, derechos que solo son propios del ser humano con cuerpo y alma sensitiva, racional y trascendente, mientras el alma animal permanece en lo sensitivo (gozo, sufrimiento, sentimiento) y en su manifestación, y en la no racionalidad e intrascendencia. "Yo soy el que soy", es la propiedad del ser supremo. "Yo soy lo que soy" es la propiedad del ser humano. "Yo soy lo que creo ser" es la propiedad del ser humano confundido y domeñado por la cultura del no saber para donde va. Padres y maestros: aquí hay un desafío educativo de enorme importancia y trascendencia en la formación de las nuevas generaciones que ustedes tienen en sus manos. Para enviarnos sus opiniones sobre este editorial pulse acá. |
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