EL CORAJE
…es hoy deber de un buen ciudadano
Cuando de coraje se habla, hay muchas interpretaciones que suelen hacerse de este hábito que creemos que hoy es mucho más necesario cultivar.
Consultamos en la web algunas de sus acepciones: Drae dice "Impetuosa decisión y esfuerzo del ánimo, valor". Wikipedia.org: "Como sinónimo de valentía, es una cualidad humana, definida como la fuerza de voluntad que puede desarrollar una persona para superar ciertos impedimentos, sin miedo al fracaso, realizando gestos de valor, tanto por los demás como por uno mismo". Significados. com: "La capacidad de enfrentarse a una situación que presente un peligro inminente, real o supuesto. Se considera el coraje como un valor, ya que, permite ultrapasar situaciones de peligro para continuar en frente".
Las tres fuentes coinciden en que el coraje es un valor que admite el enfrentamiento consciente con la realidad difícil por sobre la que se atraviese.
Tanto el coraje como el valor civil obedecen a una formación, a un desarrollo que se forja en la práctica personal, en el aprendizaje por el ejemplo o en la habitual reacción meditada ante los hechos difíciles de la vida de cada uno.
No quiere decir esto, que no habrá momentos de infidelidad a ese valor; que la cobardía, la falta de ese ánimo, no se presente.
En momentos como estos, sobre todo con los jóvenes, es cuando hay que poner especial cuidado para que puedan sobreponerse, entenderlo como un momento de debilidad y sobreponerse a las consejas o comentarios mordaces de una sociedad, que, por cobarde, no suele perdonar los momentos de cobardía de las personas que la conforman.
Otros momentos propicios para abandonar el valor civil, el coraje, es cuando una nación cede en sus principios y las mayorías silenciosas no tienen el ánimo para defenderlos hasta con la propia vida, porque no creen en la capacidad de su fuerza, de su fe, de su coraje para vencer el dominio del odio, de la violencia de Estado o de las grandes minorías bulliciosas y amenazantes.
Tanto el coraje como la cobardía son, entonces, fruto de procesos habituales que van moldeando un comportamiento justificado en frases como estas: "Vale más un cobarde vivo que un valiente muerto". "Pongo mi vida al servicio de mi causa, de mi patria, de mis conciudadanos".
Lo que sí es un hecho es que los hombres y mujeres de coraje son orgullo para sus comunidades, las que también se contagian del prestigio que por generaciones los cubre.
En conclusión, hoy en la vida de nuestra nación, el coraje es deber de un buen ciudadano, pero hay que saber distinguirlo con claridad, de la temeridad, porque esta es ligereza, mientras el coraje es vivencia, es pasión.
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